Fuentes policiales han informado de que, al parecer, los detenidos, un hombre de 61 ños y su hijo de 31, actuaban como grupo organizado y operaban en España desde hace más de cuatro años.
Concretamente, en Palencia han sido identificados como supuestos autores de al menos cinco delitos de hurto cuyo valor aproximado se calcula en total en 6.000 euros.
Fueron interceptados en las proximidades de la plaza de San Lázaro de la capital, donde los agentes intervinieron los efectos que utilizaban para cometer los delitos, entre ellos un bote con salsa para manchar a la víctima, gorras y gafas para evitar ser reconocidos y paquetes de pañuelos de papel para limpiar al afectado.
La forma habitual de cometer este tipo de delitos consiste en la colaboración de varias personas, cada una de ellas con unas funciones concretas y perfectamente coordinados, según han explicado las mismas fuentes.
Modus operandis
Uno de ellos se introduce en una entidad bancaria y se encarga de 'marcar' a las posibles víctimas, generalmente personas de edad avanzada y que han realizado una extracción de dinero bastante alta. Esta persona no suele ser la que comete el hurto, debido a que sabe que ha sido grabado por las cámaras de seguridad al entrar en la entidad bancaria.
Otro de los integrantes del grupo se encuentra en las inmediaciones del banco donde 'marcan' a la víctima, la sigue y derrama algún tipo de líquido sin que se de cuenta. Seguidamente le ayuda a limpiarse, mientras le sustrae el dinero que porta en pocos segundos, tras conocer que acaba de sacar dinero por la persona que estuvo dentro de la oficina con ella.
El hurto lo cometían en muchas ocasiones dentro de algún portal o lugar de difícil visualización para el resto de los viandantes para evitar testigos, convenciendo a la víctima para que se introduzca en el mismo con la excusa de que alguien de ese edificio es quien ha provocado la mancha en la ropa.
Estos grupos de personas se desplazan por distintas ciudades, por lo que es muy difícil su localización al no delinquir nunca en la ciudad que residen y permanecer en donde cometen el hurto el tiempo mínimo imprescindible.
El detenido más joven tenía orden de ingreso en prisión por el Juzgado de lo Penal número 7 de Zaragoza, y el mayor una orden de detención por el Juzgado de Miranda de Ebro (Burgos). Ambos han pasado a disposición del Juzgado de Instrucción de Guardia número uno de la capital palentina, mientras continúan las gestiones para la localización y detención del resto de miembros de este grupo organizado.
Concretamente, en Palencia han sido identificados como supuestos autores de al menos cinco delitos de hurto cuyo valor aproximado se calcula en total en 6.000 euros.
Fueron interceptados en las proximidades de la plaza de San Lázaro de la capital, donde los agentes intervinieron los efectos que utilizaban para cometer los delitos, entre ellos un bote con salsa para manchar a la víctima, gorras y gafas para evitar ser reconocidos y paquetes de pañuelos de papel para limpiar al afectado.
La forma habitual de cometer este tipo de delitos consiste en la colaboración de varias personas, cada una de ellas con unas funciones concretas y perfectamente coordinados, según han explicado las mismas fuentes.
Modus operandis
Uno de ellos se introduce en una entidad bancaria y se encarga de 'marcar' a las posibles víctimas, generalmente personas de edad avanzada y que han realizado una extracción de dinero bastante alta. Esta persona no suele ser la que comete el hurto, debido a que sabe que ha sido grabado por las cámaras de seguridad al entrar en la entidad bancaria.
Otro de los integrantes del grupo se encuentra en las inmediaciones del banco donde 'marcan' a la víctima, la sigue y derrama algún tipo de líquido sin que se de cuenta. Seguidamente le ayuda a limpiarse, mientras le sustrae el dinero que porta en pocos segundos, tras conocer que acaba de sacar dinero por la persona que estuvo dentro de la oficina con ella.
El hurto lo cometían en muchas ocasiones dentro de algún portal o lugar de difícil visualización para el resto de los viandantes para evitar testigos, convenciendo a la víctima para que se introduzca en el mismo con la excusa de que alguien de ese edificio es quien ha provocado la mancha en la ropa.
Estos grupos de personas se desplazan por distintas ciudades, por lo que es muy difícil su localización al no delinquir nunca en la ciudad que residen y permanecer en donde cometen el hurto el tiempo mínimo imprescindible.
El detenido más joven tenía orden de ingreso en prisión por el Juzgado de lo Penal número 7 de Zaragoza, y el mayor una orden de detención por el Juzgado de Miranda de Ebro (Burgos). Ambos han pasado a disposición del Juzgado de Instrucción de Guardia número uno de la capital palentina, mientras continúan las gestiones para la localización y detención del resto de miembros de este grupo organizado.
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