El líder del grupo se encargaba de buscar contactos para la venta de drogas, así como de sustancias para el dopaje que se distribuían en gimnasios y otros establecimientos. Pero además planificaba presuntamente los diferentes robos con fuerza y captaba colaboradores para dar salida a los efectos sustraídos y para distribuir la droga.
Entre los arrestados figura un policía local de Blanes, acusado de facilitar información sobre control de matrículas de vehículos sospechosos para eludir la posible vigilancia policial y de intervenir en la gestión de las investigaciones de los implicados.
Tres de los detenidos, personas de confianza del máximo responsable del grupo, tenían la misión de ocultar la droga, distribuirla a los clientes y almacenar tanto los efectos procedentes de robo como el dinero obtenido de forma ilícita. Otras cuatro personas, entre ellas un padre y un hijo, ejecutaban los robos domiciliarios y preparaban la infraestructura logística de los mismos, tanto vehículos, herramientas y dispositivos de vigilancia como la posterior venta de los efectos sustraídos.
Estafas de tipo Nazareno
La organización contaba también con una estructura especializada en cometer estafas bajo el método conocido como el Nazareno, consistente en realizar compras de diferentes productos que después no se pagaban, tras ganarse la confianza de los proveedores a través de una empresa ubicaba en Blanes que actuaba en connivencia con el gerente.La Policía calcula que la red logró estafar unos 600.000 euros, gracias también al apoyo de varios colaboradores cuyo cometido era recoger la mercancía en las compañías de transportes y darles posteriormente salida.
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