Los agentes que han llevado a cabo la operación calculan en más de 70.000 euros el montante de lo defraudado a una veintena de víctimas, todos vecinos del distrito de San Blas de Madrid, desde el pasado mes de abril. Hasta el momento, ya que la investigación sigue abierta, se imputa a los cinco arrestados, todos españoles, 22 estafas. Están acusados de los delitos de estafa, violación del secreto de correspondencia, hurto y robo con fuerza.
El cabecilla del grupo, Alberto M. A, era el encargado de acceder a los portales de las viviendas y, mediante un utensilio alargado, conseguía hacerse con la correspondencia. Realizando funciones de vigilancia, siempre le acompañaba Francisco Javier N. M. Posteriormente, un tercero se encargaba de elaborar un informe para suplantar su identidad y solicitar una tarjeta de crédito alegando la pérdida de la anterior. En el dossier, se incluía cualquier dato que los centros de atención al cliente pudieran solicitar: nombre, dirección, teléfono, número de tarjeta de crédito y de la cuenta bancaria, número PIN, nómina, ingresos anuales, declaración de la renta, puesto y lugar de trabajo, nombre de familiares, dirección de correo electrónico, familia...
La entidad emisora se tragaba el embuste y enviaban la nueva tarjeta, que era también sustraída del buzón. Con ella en su poder, otros dos de los arrestados realizaban reintegros y extracciones de efectivo hasta agotar el dispoinle. En ocasiones, antes de que el titular legítimo detectara los movimientos ilícitos, los arrestados llegaban a llamar nuevamente a las entidades para ampliar el límite de gasto. los otros dos hacían las extracciones de efectivo hasta agotar el saldo.
La investigación comenzó en abril, cuando se registraron varias denuncias de diversas estafas que reunían unas características comunes: eran cometidas con tarjetas cuyos titulares desconocían haber solicitado. Tras hablar con los bancos, los agentes descubrieron la existencia de muchos más casos. En todos los casos el modus operandiera el mismo y también el lugar: San Blas.
En el registro de la casa del cabecilla de la banda, se han hallado numerosos dossieres de futuras víctimas. En alguno de los informes, en los que debían ampliar mas información de la que disponían, figuraba el epígrafe "investigar" junto al nombre. También había más de 50 juegos de llaves identificados con la calle y el número del portal al que pertenecían, procedentes de robos en bolsos con la correspondiente documentación.
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