martes, 6 de septiembre de 2011

Cae una red que falsificaba tarjetas en Barcelona y Girona

Los Mossos d'Esquadra han desarticulado un grupo de siete estafadores y falsificadores de tarjetas bancarias como responsables de al menos 147 operaciones fraudulentas en las provincias de Barcelona y Girona por importe superior a los 60.000 euros. Según ha informado este martes la policía autonómica, el grupo estaba formado por siete personas de origen rumano, cuatro de las cuales han ingresado en prisión y el resto han quedado en libertad con cargos. La investigacióncontinúa abierta y los Mossos d'Esquadra no descarta que se produzcan más arrestos. 
La investigación se inició en marzo tras detectar el uso de tarjetas falsificadas en comercios de Barcelona y Girona, en unas operaciones que se realizaban con tarjetas fabricadas ilegalmente y con información copiada que pertenecían en la mayoría de los casos a ciudadanos norteamericanos.
Los agentes han conseguido acreditar que el grupo efectuó 343 operaciones fraudulentas en distintos establecimientos comerciales, 147 de las cuales fueron autorizadas, mientras se están investigando aún centenares de otras transacciones con las que los detenidos podrían estar relacionados.

Copia de los dispositivos de seguridad

La actividad del grupo de delincuentes se iniciaba con la obtención de la información asociada a las tarjetas bancarias y almacenada en las bandas magnéticas por parte de una persona con conocimientos informáticos. La banda obtenía los datos copiando la banda magnética de la tarjeta durante alguna transacción o acudiendo al mercado negro, en el que se vende información a grupos de delincuentes especializados en este tipo de estafa.
Con la información anterior creaban una tarjeta bancaria similar a las de curso legal imitando todos los dispositivos de seguridad de las originales.
Asimismo, se falsificaba documentación con el nombre de los titulares de las tarjetas duplicadas, pero con fotografías de los miembros del grupo que se encargaban de realizar las compras.
Así, los integrantes del grupo tenían funciones claramente diferenciadas; los piratas informáticos, que conseguían las numeraciones de las tarjetas bancarias; los fabricantes de tarjetas; los falsificadores de documentaciones en las que figuraba el nombre del titular de las tarjetas; los pasadores, que se encargaban de las compras en los comercios, y los receptores, que revendían los productos adquiridos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario