El inspector de los Mossos Ramon Grasa ha explicado que el detenido, Mohamed C., de 40 años, nacionalidad argelina y vecino de Barcelona, está considerado como el más importante receptador de pequeños hurtos arrestado hasta ahora en Barcelona. El supuesto receptador, que ha quedado en libertad con cargos tras pasar a disposición judicial, mantuvo unos 500 contactos "comerciales" durante el mes y medio que fue investigado por los Mossos d'Esquadra.
Mohamed C. operaba sobre todo en el distrito de Ciutat Vella, donde recorría las calles con una motocicleta, teléfono móvil en mano, para ir a recoger cuantos objetos electrónicos robados le proporcionan los hurtadores de la capital catalana. Una vez que recogía todo el material, según Grasa, lo almacenaba en un horno y en una peluquería que regenta en Ciutat Vella y le daba una rápida salida comercial, a precios muy por debajo de mercado, vendiéndolos en la capital catalana y enviándolos a su país de origen.
En concreto, según Grasa, los agentes han podido acreditar que Mohamed C. ha hecho durante este mes y medio de investigación unos dos envíos semanales a su país, con un total de 60 teléfonos móviles -que vende a un precio de unos 10 euros cada uno-, lo que le proporcionaría cada mes -sólo con sus envíos a Argel- unos beneficios de unos 2.400 euros. Según Grasa, el detenido era un experto en marcas y modelos y llevaba una auténtica actividad en base a los productos robados.
Tres o cuatro similares
En opinión del inspector, el arrestado es uno de los principales receptadores de Barcelona, de forma que en su mismo nivel de actividad solo se encuentran otras tres o cuatro personas. Además, su detención ha permitido abrir ahora multitud de investigaciones para tratar de identificar a las redes de hurtadores que actúan en Barcelona.La operación que ha facilitado el arresto se inició en noviembre pasado, cuando los Mossos empezaron a investigar una ola de robos en domicilios en Barcelona. La investigación ha permitido detener a tres personas, todas de origen chileno, acusadas de cometer al menos seis robos en pisos de Barcelona y en uno de L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona), en los que entraban por la tarde, cuando no había nadie dentro. Los detenidos forzaban el cerrojo con una gran facilidad, utilizando según Grasa técnicas aprendidas en su país, y luego se llevaban joyas, aparatos electrónicos y dinero en efectivo.
Robos a ancianos
Además, a principios y a finales de mes también abordaban a ancianos que salían de entidades financieras, donde habían ido a cobrar la pensión, y les robaban el dinero mediante el método del "cogotazo", dando una colleja a la víctima para asustarla y sacarle el dinero, o a través del método de la "mancha", vertiéndole un zumo para ayudarle a limpiarse y robarle el dinero.Las joyas que robaban los detenidos las vendían al propietario y a un responsable de dos establecimientos de compraventa de oro ubicados en Barcelona y L'Hospitalet de Llobregat, que las fundían para convertirlas en oro y evitar que se detectara su procedencia. De los tres supuestos ladrones detenidos, Eduardo R.A., de 26 años, y Leonardo Exequel L.V., de 62, han ingresado en prisión, mientras que su compinche, Ricardo Antonio S.G., de 53 años, ha quedado en libertad porque es el único que no tiene antecedentes y además a la hora de cometer los robos se quedaba fuera para avisar si se acercaba alguien.
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