lunes, 19 de marzo de 2012

Cae una banda muy activa en el robo en estancos y bares de Barcelona

Los Mossos han desarticulado un grupo criminal muy activo especializado en robos con fuerza en estancos y bares de Barcelona y su área metropolitana, con el arresto de nueve personas. Uno de los jefes de la banda es uno de los hijos que fue detenido junto a su padre y dos hermanos (todos de etnia gitana) por la muerte de un disparo de un joven senegalés en el barrio del Besòs el pasado enero, después de que una discusión banal por un partido de fútbol callejero. Fue puesto el libertad con cargos.


La investigación finalizó la semana pasada con el registro de los pisos de los principales miembros de la banda, en el distrito de Sant Martí, y la policía ha recuperado cinco vehículos robados y ha intervenido otros cinco que la organización utilizaba para su infraestructura y para cometer los robos.
En los registros, los agentes han localizado las llaves de los coches recuperados, dinero en metálico, paquetes de tabaco e instrumentos para forzar los comercios, y en la operación han participado un centenar de mossos.

También en Badalona y L'Hospitalet

La investigación se inició en diciembre a raíz de un aumento de robos en estancos y bares del distrito barcelonés de Sant Martí, en los que la banda se llevaba el dinero de las máquinas tragaperras y cartones de tabaco; la policía calcula que habrían robado por valor de unos 70.000 euros.
La policía detectó que la actuación del grupo se ampliaba a Badalona y L'Hospitalet.

Robos en dos minutos

El grupo llegaba al establecimiento seleccionado con un vehículo robado y efectuaban el robo en un tiempo máximo de dos minutos, haciendo un corte horizontal en la persiana y repartiéndose las labores de vigilancia, conducción del coche, manipulación de la persiana y robo del dinero o el tabaco entre sus integrantes.

Los integrantes de la banda huían a gran velocidad, llegando a circular a 200 kilómetros por hora en las rondas de Barcelona.
Los detenidos --ocho españoles y un argelino de entre 20 y 44 años-- quedaron en libertad con cargos tras pasar a disposición judicial; la investigación policial continúa abierta y no se descartan más detenciones.

Caen dos bandas que prostituían a mujeres y las casaban de conveniencia

Agentes del Cuerpo Nacional de Policía han desarticulado dos grupos que colaboraban para explotar sexualmente a mujeres y después casarlas de conveniencia, informa la Dirección General de la Policía.

El primer grupo captaba a jóvenes en Rumanía, las trasladaba a España, les privaba de documentación y las obligaba a ejercer la prostitución hasta que saldaban la deuda contraída. A su vez, el segundo falsificaba todo tipo de documentos para tramitar matrimonios fraudulentos entre las explotadas y ciudadanos extracomunitarios, habitualmente nigerianos, para que estos pudieran obtener el permiso de residencia de la Unión Europea.

Ramificaciones en Alemania y Portugal

La policía ha practicado 11 detenciones, entre ellas las del supuesto máximo responsable de la red y el especialista más cualificado en tareas de falsificación. Operaban en las provincias de Málaga, Granada, Murcia y Valencia y tenían ramificaciones en Alemania y Portugal.

Asimismo, los investigadores hallaron en registros domiciliarios en las localidades de La Herradura (Granada) y Benalmádena (Málaga), 3.770 euros en billetes falsos, de los que 178 eran de cinco euros y 144 de 20 euros. La policía ha destacado de que es la primera vez que se detectan billetes falsos de cinco euros en España.

jueves, 15 de marzo de 2012

Detenidos 55 falsos vigilantes empleados en funciones de seguridad sensibles

La Policía Nacional ha detenido a 55 personas que ejercían como vigilantes de seguridad de forma fraudulenta y que estaban empleados en 30 empresas diferentes de las provincias de Madrid, Toledo, Cuenca y Badajoz. En estas empresas los falsos vigilantes se hacían cargo de funciones especialmente sensibles como el control de explosivos o labores de escolta.
Según ha explicado la Policía Nacional en una nota, los detenidos carecían de la preparación necesaria para desempeñar el trabajo que realizaban y eran contratados gracias a titulaciones falsificadas. Algunos de ellos incluso contaban con antecedentes penales.
Responsables de la Unidad de Seguridad Privada, de la Comisaría General de Seguridad Ciudadana, ofrecerán detalles de la investigación a las 11.30 horas en el Complejo Policial de Canillas (Madrid)

Detenidos 55 falsos vigilantes empleados en funciones de seguridad sensibles

La Policía Nacional ha detenido a 55 personas que ejercían como vigilantes de seguridad de forma fraudulenta y que estaban empleados en 30 empresas diferentes de las provincias de Madrid, Toledo, Cuenca y Badajoz. En estas empresas los falsos vigilantes se hacían cargo de funciones especialmente sensibles como el control de explosivos o labores de escolta.
Según ha explicado la Policía Nacional en una nota, los detenidos carecían de la preparación necesaria para desempeñar el trabajo que realizaban y eran contratados gracias a titulaciones falsificadas. Algunos de ellos incluso contaban con antecedentes penales.
Responsables de la Unidad de Seguridad Privada, de la Comisaría General de Seguridad Ciudadana, ofrecerán detalles de la investigación a las 11.30 horas en el Complejo Policial de Canillas (Madrid)

Desarticulada una banda que robaba vehículos de alquiler y los vendía como propios

Los Mossos d'Esquadra y la Guardia Civil han desarticulado una red criminal dedicada al robo de vehículos de alquiler en el área de Barcelona que posteriormente vendía como automóviles de segunda mano en España y otros países de la Unión Europea, según han informado fuentes policiales.


La investigación se inició a principios del año pasado tras constatar un aumento de denuncias por parte de compañías de alquiler de vehículos del área metropolitana. Los agentes descubrieron que un grupo de cinco personas se estructuraban con unos determinados roles para vender los vehículos alquilados. El cabecilla de la trama era un ciudadano francés con residencia en Sant Pere de Ribes., Granada, Valencia del Ventoso (Badajoz) y países europeos como Bélgica, Francia, Polonia y Rumanía.

Complejo 'modus operandi'


El operativo conjunto de los dos cuerpos permitió distinguir cuatro fases en el modus operandi del grupo: una primera y segunda fase, en la que los presuntos delincuentes robaron 17 vehículos, que alquilaron y vendieron en España o Francia; y una tercera y cuarta fase, con el robo de 46 vehículos, en la que crearon dos empresas bajo identidades falsas mediante las cuales vendieron los coches a mayoristas franceses y belgas.

En estas últimas fases, para preservar su identidad, realizaron precontratos ficticios a terceras personas que buscaban trabajo, y bajo la apariencia de una oferta laboral se convertían en nuevos clientes que alquilaban vehículos y daban la cara a la hora de ir a recoger los turismos a las oficinas de las compañías de alquiler.

Los investigadores han acreditado que la banda se apropió de 63 vehículos, que tendrían un valor en el mercado de 1.255.000 euros, y de los que habrían vendido una treintena, obteniendo un beneficio neto de más de 200.000 euros.

Más de 100 delitos


Los agentes les imputan 106 delitos consistentes en 63 delitos de apropiación indebida, 26 de falsedad documental, 12 de estafa y 5 de usurpación de estado civil. Los detenidos son un francés, dos españoles, un marroquí y dos rumanos, de entre 23 y 42 años, tres arrestados por los Mossos y otros tres por Guardia Civil, aunque a uno de ellos solo se le imputa el delito de receptación de los vehículos robados.

martes, 13 de marzo de 2012

Cae en BCN una banda que falsificaba y distribuía billetes de 20 y 50 euros

Los Mossos han desmantelado en Barcelona una organización criminal con la detención de 15 personas, cinco de las cuales han ingresado en prisión, que se dedicaban a falsificar billetes de 20 y 50 euros, así como otros documentos, y a la reventa de objetos robados. La investigación se inició el pasado mes de octubre al detectarse la existencia de un grupo de personas, la mayoría de origen armenio, que distribuía billetes falsos de euro en el área metropolitana de Barcelona, y cuyas víctimas eran sobre todo vendedores de cupones de la ONCE con problemas de visión, según ha informado la policía.



Las mismas fuentes han indicado que los billetes estaban muy bien imitados, incluso en la calcografía que llevan los auténticos, lo que confundía especialmente a personas con falta de visión.


Además, para evitar que se detectaran, los billetes falsos se trataban con unas lacas para que los bolígrafos que tienen muchos comercios para identificar moneda falsificada no funcionaran.


Registros en BCN y L'Hospitalet


La policía ha informado de que durante la operación policial, llamada Épsilon, se han hechos tres registros en Barcelona y en L'Hospitalet, en los que han desmantelado el laboratorio de falsificación, y se han intervenido billetes falsos de 20 y 50 euros, hologramas, papel, tintas y lacas, así como equipos informáticos para hacer las falsificaciones.


También se han intervenido armas blancas, una defensa eléctrica, y productos robados preparados para su venta, como perfumes, televisores, teléfonos móviles y ordenadores portátiles.

De los 15 detenidos (nueve armenios, dos marroquís, tres españoles y un ecuatoriano), de entre 18 y 59 años, cinco han ingresado en prisión, entre ellos los jefes de la organización.

martes, 6 de marzo de 2012

El cazador de niños de Madrid

Los niños, hijos de una mujer rumana de 31 años llamada María, que trabaja por horas limpiando un restaurante está divorciada desde hace tiempo. Su marido fue, en un primer momento, el sospechoso de haberse llevado a los niños, pero la Guardia Civil comprobó pronto que el hombre, que es camionero, estaba en Alemania en el momento de la desaparición.

La Guardia Civil puso en marcha un gigantesco operativo, que incluyó helicópteros, perros especializados, buceadores. Todo fue inútil durante dos días, y finalmente los niños fueron localizados gracias al azar y a la afición por el paintball de un par de jóvenes.

Estos chicos buscaban cerca de Algete, un pueblo separado 27 kilómetros de Torrelaguna, una zona para organizar sus batallas de paintball, ese juego de guerra en el que se disparan bolas rellenas de pintura que estallan al contacto. Los chavales escucharon unos quejidos, unas voces y se acercaron a una destartalada construcción, que ocultaba un pozo seco de doce metros de profundidad. En el fondo de ese pozo estaban los dos niños.

Estaban en muy malas condiciones, sobre todo la niña. Su raptor les había echado encima piedras, palés de madera y la cría estaba desnuda, con síntomas de haber sido agredida sexualmente y con heridas en diversas partes del cuerpo. Los servicios de emergencia que les atendieron dijeron que a la niña no le quedaban más de seis horas de vida.
Para dar con el secuestrador, la Guardia Civil de Madrid solo tenía el testimonio de los niños así que se echó mano de los psicólogos del Servicio de Análisis de las Conductas Delictivas.

Son expertos en obtener la máxima información de las víctimas, lo que llaman los entendidos, interactuar con ellas. Y así lo hicieron con la niña, en sesiones muy cortas, pero en las que fueron obteniendo datos muy valiosos para los encargados de cazar al secuestrador. La chica dio datos precisos del coche en que la montaron con su hermanito: era pequeño, de color verde, de dos puertas –un Seat Ibiza–. Además, contó que el secuestrador era “moro”, aunque él les había dicho que era rumano; dijo también que el hombre olía muy mal, que estaba sucio, que fumaba puros y que llevaba varios dibujos, es decir, tatuajes, por todo el cuerpo: tenía unos bigotes de gato en los pezones, la palabra gato escrita en el brazo y lo que ella llamó ‘un diablo’, que realmente era el dibujo de un gato. También describió toda la ropa que llevaba puesta su agresor y contó lo que le dijo el secuestrador: “te voy a matar, ya lo he hecho más veces con otras niñas”.

Contó que el hombre les dijo cuando se acercó a ella y a su hermano, que si se iban con él les enseñaría unos cachorritos de perro. Ella no se fiaba, pero su hermano se empeñó y ella decidió no dejar que se marchase solo. Al fin y al cabo es la hermana mayor.

Enseñar cachorritos de perro recuerda a Santiago Cortés, que tiró un osito de peluche al paso de Mariluz Cortés. Este tipo de depredadores de niños usan cebos para llevárselos: captan la atención de sus víctimas, no mediante la seducción, no podrían, sino con trampas, con cebos. No son personas con ningún encanto ni con ninguna facilidad para empatizar, por eso recurren a esas trampas.

El niño de tan solo ocho años contó mucho menos. Dijo que cuando el secuestrador paró el coche y llegó al lugar de la agresión, a él le tiró a un pequeño agujero, le tapó con unos palés y le amenazó: “Quédate ahí o te mato a ti y a tu hermana”. Cuando acabó con la niña, los arrojó a los dos al pozo.

Con todos estos datos se iban cruzando con las gestiones que estaban haciendo los agentes de la Comandancia de Madrid. Estos en primer lugar se centraron en todos los individuos con antecedentes por delitos sexuales que viviesen en poblaciones cercanas al lugar del secuestro o al sitio en el que fueron encontrados los niños, que distan entre sí casi treinta kilómetros. Unas veinte personas fueron investigadas en un tiempo récord.

Durante la investigación se presentó un joven de dieciocho años en el cuartel de la Guardia Civil de Torrelaguna y dijo que creía saber quién había secuestrado a los niños: había sido Juan José Ramos Amador, alias ‘El Chele’.

El Chele es la pareja de la madre de la denunciante, su padrastro digamos. La mujer sospechó de él, con quien tiene tres hijos, porque vio que el hombre estaba muy nervioso, se cortó el pelo el día que desaparecieron los niños, estaba pendiente de las noticias y, sobre todo, el día que fueron rescatados los niños salió precipitadamente de su casa diciendo que se iba al monte. La mujer no se atrevió a denunciarle personalmente, pero le pidió a su hija, que es fruto de una relación anterior y que no vive con ellos, que lo hiciera.
Pronto se dieron cuenta de que el perfil de El Chele encajaba con el tipo que buscaban: no era magrebí, como dijo la niña, es gitano, pero su aspecto podría confundir. Conducía un Seat Ibiza verde, residía en Valdepeñas de la Sierra, a unos 20 kilómetros del lugar del secuestro y, además, había pasado 17 años en prisión por otros delitos sexuales. Los agentes acudieron a su casa, recabaron más datos sobre él gracias a su pareja y comprobaron que guardaba una enorme colección de vídeos pornográficos.

Cuando se enteró de que los niños habían sido hallados con vida, emprendió una huida bastante bien planificada. Lo primero que hizo fue deshacerse del coche empleado en el secuestro: se lo vendió a otro de Manoteras, un barrio del norte de Madrid donde él había vivido y tenía buenos contactos; luego, buscó refugio en casa de una antigua novia y más tarde recurrió a familiares.

La guardia Civil montó vigilancias durante más de 24 horas seguidas en algunas zonas de Madrid, se hicieron gestiones en un montón de poblados gitanos y se comprobó hasta el último lugar en el que El Chele tenía cierto arraigo. Le pisaban los talones permanentemente. Finalmente, gracias al fino olfato de un guardia civil jubilado de Ciudad Real lo atraparon. El hombre iba con frecuencia al cuartel a saludar y a tomarse algo con sus antiguos compañeros y allí vio la foto del secuestrador buscado. Recordó haberle visto en un barrio cercano a la estación del AVE, donde Juan José Ramos El Chele fue detenido dieciocho días después de haber secuestrado a los niños.

No confesó lo que había hecho pero lo cierto es que tampoco fue necesario: los agentes localizaron su coche e hicieron una prueba para encontrar en las ruedas restos biológicos y microbiológicos como los del lugar de la agresión. La prueba dio positiva, El Chele estuvo allí. Además, llevaba en su cuerpo la prueba definitiva, la que más le incriminaba, los tatuajes.

Las descripciones de la niña acerca de los tatuajes coincidían con los tatuajes de El Chele.

Además, la pequeña, un testigo modelo, toda una superviviente, reconoció por fotografía el lugar de la agresión y hasta la manta sobre la que su secuestrador la tumbó.

El Chele que ya había pasado diecisiete años en prisión por un delito sexual, aunque a él le gustaba contar, le daba caché imaginamos, que había estado en la cárcel por matar a un Guardia Civil después de un atraco, algo completamente falso, ahora se le acusa de una agresión sexual cometida hace doce años.Una agresión que no había sido esclarecida hasta que los investigadores se dieron cuenta de que Juan José Ramos tenía todo el perfil de un depredador, así que introdujeron en las bases de datos su perfil biológico, su ADN, para cruzarlo con los delitos sin resolver en los que existiese una muestra anónima y ¡Bingo! El perfil de El Chele coincidía con el que dejó el agresor sexual de una niña de 8 años que fue violada en Madrid en agosto de 1999, dos años después de salir este tipo de la cárcel.En aquel ataque, El Chele volvió a emplear una trampa: en ese caso le dijo a la cría que tenía unos patitos e incluso le enseñó fotos de sus hijos. Se la llevó, la agredió y la dejó en un lugar próximo tras amenazarla de muerte. Y no hay duda de que es el mismo agresor ya que el ADN no engaña y también por el modus operandi y porque esa niña, en su declaración, dice cosas muy parecidas a las que dijo la secuestrada doce años después en Torrelaguna: que el agresor estaba muy sucio, que fumaba puros, etc.

El Chele que supuestamente es chatarrero, aunque siempre ha sido un delincuente tiene un largo curriculum. A los 18 años cometió su primer delito y desde entonces y pese a todo el tiempo que ha estado entre rejas, tiene más de una docena de antecedentes. Tras abandonar la cárcel, en 1997, tras 17 años de estancia en prisión, se fue a vivir con su pareja, con la que tiene tres hijos de entre trece y cinco años. Vivió una temporada de recoger chatarra y de un subsidio que el estado da a las personas que pasan más de seis meses en la cárcel, por muy repugnante que sea el delito que hayan cometido.

La doble vida de 'El Pelao'

El Pelao es Santiago Simarro Leiva, un hombre de 36 años, casado, sin hijos, propietario de una pequeña empresa de puertas y cerrajería, residente, con su esposa, en la localidad albaceteña de La Roda. Hasta hace poco, una persona intachable…

Santiago Simarro está desde los últimos días de 2011 en la prisión de Albacete. Le acusan, de momento, de dos robos con fuerza, dos secuestros, tenencia ilícita de armas y una agresión sexual… Todos esos delitos los habría cometido desde el año 2010 hasta poco antes de su detención.

En principio no se sabe si hubo algún detonante para que este pequeño empresario comenzase a tener una doble vida. El Pelao está acusado de robar en domicilios desde el año 2010. Pocos meses después, su empresa, Puertas Metálicas Samer, empezó, como tantas otras, a tener problemas económicos, sobre todo porque uno de sus clientes principales era el ayuntamiento de La Roda y dejó de pagarle. En el año 2011, la compañía de El Pelao se acogió a la ley concursal, se declaró en quiebra y sus empleados cobraron gracias al fondo de garantía salarial. Él se quedó con los coches de la empresa y, además, tenía su casa de La Roda, en la que vivía con su mujer, y una finca en el campo.

Así que El Pelao era un empresario más en apuros, como tantos otros en España… No parece que robara solo para resolver sus problemas económicos, más bien los investigadores creen que comenzó a pillarle el gusto a lo de robar. Parece que Santiago Simarro aprovechaba sus desplazamientos de trabajo fuera de La Roda para entrar en casas y llevarse botines, cuanto menos, peculiares. Está acusado de dos robos, uno en La Jineta, en Albacete, y otro en Tarancón, en la provincia de Cuenca... Aunque la policía cree que ha podido cometer más delitos similares.


Robó cámaras de fotos y de vídeo, un revólver de fogueo, joyas, algunos relojes –aunque dejó el más valioso que, eso sí, llevaba grabado el escudo del Real Madrid–, un carné de conducir de otra persona que empleó luego para vender las alhajas robadas.

Los policías que le detuvieron y que le han tratado creen que fue ganando confianza, que se creía impune, que llegó a tener una especie de "complejo de Dios": creía que podía cometer casi cualquier fechoría sin temor a ser detenido. Por eso, en sus viajes a Madrid, comenzó a crecer delincuencialmente hablando, a cometer delitos cada vez más graves.

Y es el 27 de octubre pasado cuando se convirtió en agresor sexual, en un cazador de mujeres. Una mujer estaba cerca del paseo de la Habana, en Madrid. El tipo, armado con una carabina con el cañón y la culata recortados, y ocultando su rostro con pasamontañas, le quitó la tarjeta de crédito y el teléfono móvil y luego la obligó a meterse en el maletero de su coche (el de la chica). Mientras, él se puso al volante.

Y esa mujer pasó doce horas dentro del maletero de un hombre, recordemos un empresario honrado y casado, mientras él, de cuando en cuando, paraba el coche, bajaba y sacaba dinero de su tarjeta.

Hasta 1.800 euros consiguió el Pelao de los ahorros de esa mujer en varios cajeros de Madrid. Y ahí empezó lo peor. El tipo, saciado ya de dinero, aparca en un descampado, la obliga a bajar y trata de violarla a punta de carabina. Pero la mujer reaccionó con enorme valentía e inteligencia. Sabía, entre otras cosas porque fue guardia civil, que a muchos agresores sexuales les da asco que las mujeres, sus víctimas, tengan la regla, de forma que ella, aun amenazada de muerte, se lo dijo. Y así evitó la violación. Renunció a penetrarla pero la obligó a punta de carabina a hacerle una felación.

Después volvió a meter a la mujer en el maletero, la llevó a una gasolinera, le compró un cepillo de dientes, pasta dentífrica y luego un bocadillo que la obligó a comerse. Al final, la dejó en la calle y le devolvió las llaves de su coche.

Esto es desconcertante. Un policía nos lo explicó así: “no sabéis el daño que nos ha hecho tanto CSI Las Vegas y CSI Miami… y CSI donde sea”, en alusión a la magnífica serie de Tele 5. En efecto, El Pelao no aprendió eso de bandas de delincuentes, ni de mafias, sino viendo series de televisión. Aprendió que con los guantes evitaba dejar huellas, con la capucha, que le reconocieran, y lavando los dientes de su víctima, borraba su ADN, que había dejado en la boca de ella al violarla.

Y esta mujer, que había sido guardia civil, denuncia el secuestro y la violación,
claro. Y es una víctima de las que aporta muchos datos a la policía… La joven acude al SAM (Servicio de Atención a la Mujer) de la Policía Judicial de Madrid. En su coche no se encontraron huellas ni nada, apenas una muestra crítica de ADN –válida pero muy pequeña–, y el tipo se llevó además un navegador GPS, un Tomtom. Su víctima dio todo tipo de detalles sobre el arma con que la amenazó este tipo, la chaqueta militar que llevaba puesta y fue certera porque recordó que cuando su violador tuvo que quitarse un guante, le vio una verruga entre los dedos pulgar e índice.

Muy pocas veces en la historia criminal un violador se retira voluntariamente. A veces algunos lo hacen por cuestiones de edad, porque ya no tienen fuerza física, pero casi siempre después de varios asaltos, mucho más si han tenido éxito. Y este no fue una excepción. El 9 de noviembre, dos semanas después de su primera agresión, El Pelao vuelve a Madrid, a la misma zona. Y allí vuelve a acechar a una mujer joven, latina, esta vez colombiana.

Y repite lo mismo. Se pone su pasamontañas, sus guantes, coge la escopeta y secuestra a la joven. La mete en el maletero de su coche y empieza a conducir. También le había quitado la tarjeta de crédito y saca en un cajero 450 euros. Pero cometió un error. No comprobó si su segunda víctima tenía teléfono móvil.

Por suerte, esta chica, 28 años, sí lo tenía. Imagínense la situación, encerrada en el maletero de su coche por un psicópata la joven envía un whats app a su marido y a su jefe donde les dice: "me han secuestrado. voy en el coche. Ayuda".

Marido y jefe avisan a la policía y la guardia civil. Y la policía le explica que ella, la víctima, desde el maletero debe llamar al 091 para que puedan localizar el teléfono, la chica, el coche y su secuestrador.

Mientras su secuestrador seguía conduciendo rumbo, imaginamos, a un descampado donde poder violarla, la mujer detalló a la policía la matrícula y el color de su coche, un Ford Focus.


Y contrarreloj la policía localiza ese coche donde va un agresor y su futura víctima. Unos noventa minutos después de iniciado el secuestro, una patrulla lo intercepta cerca de Torrejón de Ardoz, en Madrid. El tipo abandona el coche, cruza la autopista Madrid-Barcelona a pie –se salva de milagro de que lo atropellen– y huye.

Y esos dos policías abren inmediatamente el maletero y rescatan a la mujer, claro. Y además encuentran un montón de pruebas en el coche, que el agresor no tuvo tiempo de llevarse: la carabina del calibre 22 con la que amenazaba a las mujeres, con el cañón y la culata recortados, un silenciador de fabricación casera, un revolver de fogueo, un cuchillo de monte, una cámara de fotos y una cámara de video. Y, muy importante, un GPS que no es de la segunda víctima.

Es el GPS del coche de la primera mujer a la que violó… Los tom tom tienen una opción que se llama "mi casa" y casi todo el mundo la programa para guiarse desde cualquier lugar. Así que la policía lo que hizo fue seleccionar esa opción y acabó en el domicilio de la primera mujer, la que había sido violada dos semanas antes.

Las cámaras de vídeo y de fotos que se dejó en el coche fueron fundamentales. Dentro, había imágenes de El Pelao, su rostro, de una finca suya en la provincia de Albacete y hasta de varios de sus trabajos de cerrajero.

O sea, la policía ya tiene el nombre del agresor y hasta su foto. Entonces, dirán ustedes, van a La Roda y lo detienen. Pero en el territorio policial nada es tan sencillo, claro.

Primero hay que buscar pruebas contra él, tenerlo todo bien atado para que cuando se le cuente todo a un juez, éste le meta para adentro, como se dice vulgarmente. Así que, en Madrid, buscaron pruebas de que El Pelao había estado en la capital las dos noches de los secuestros de mujeres. Y esto aun a riesgo de que el tipo vuelva a atacar a otra mujer, aunque también se le vigilaba en Albacete.

En esas vigilancias que hacían policías de paisano llegados a La Roda, vieron que allí Santiago Simarro llevaba una vida intachable, trabajaba como autónomo y pasaba el tiempo libre con su esposa. Eso sí, acudía de vez en cuando, siempre solo, a una finca rústica que parecía su nido, su cuartel general.


Finalmente, le detienen. El Pelao cae el 28 de diciembre en su pueblo, en La Roda. Para esa fecha, los agentes de la brigada de Madrid ya han comprobado dos datos clave. El Pelao se alojó en un hostal de la capital la noche de su primera violación y, la clave, han encontrado un coche que condujo El Pelao, aparcado muy cerca del lugar del secuestro aquella noche, el pasado 27 de octubre.

Cómo saben en diciembre que el coche del supuesto violador estaba aparcado cerca del lugar del crimen. Es técnica policial, trabajo puro y duro. Si un tipo ha secuestrado a una chica y se ha ido con su coche, el de su víctima, durante doce horas, y luego se va de allí por su cuenta, hay una probabilidad grande de que haya aparcado su propio coche, el del violador, en la zona. Y aquí, digamos, la legislación de multas jugó a favor de la policía.

La policía piensa que el violador pudo llegar en su coche, aparcarlo, bajar y secuestrar a una chica. Luego, volver a su coche y huir. La zona del secuestro, en el distrito de Chamartín, es de la ORA, la de los tickets para aparcar cada dos horas si no eres residente. Así que una idea bastante brillante es comprobar el coche de El Pelao y ver si en aquellas horas le pusieron una multa por tenerlo aparcado en la zona sin renovar el ticket. Recordemos que el secuestro duró doce horas y era un día laborable.

El coche de El Pelao no se había movido de La Roda la noche de su primer secuestro. Pero la policía no cejó y pidió todos los coches que hubieran sido multados en ese distrito esa noche. Y bingo, uno de ellos, es un BMW cuyo dueño es... el padre de Santiago Simarro, El Pelao.

Y con esos datos, la policía detiene a El Pelao y registra su finca, su cuartel general. Y allí encuentran una colección de ballestas, armas antiguas, pistolas inutilizadas y sobre todo, los guantes y el pasamontañas que usaba para sus ataques a mujeres. De ahí se extrajo el ADN, se cotejó con el de El Pelao y también con una muestra crítica (muy pequeña) que se recogió a la primera víctima. El violador había sido Santiago Simarro, que está en prisión, gracias al buen trabajo policial y al valor de dos mujeres.

Sí porque últimamente solo hablamos de ADN pero aquí hay mucho trabajo a la antigua. No en todos los crímenes hay ADN y a veces, si todo se hace bien, pueden lograrse pruebas concluyentes que no sean biológicas. Cuando los agentes fueron a ponerle las esposas a El Pelao, sonrieron. Entre el dedo pulgar y el índice, el tipo tiene la verruga que su primera víctima no podrá ya olvidar.

Operación zoológico: la caza del tigre Bojovic

Hagamos primero un poco de historia y expliquemos ¿quién era Zoran Djindjic y qué circunstancias rodearon su asesinato?
Djindjic fue el primer jefe de gobierno serbio no comunista desde la Segunda Guerra Mundial. Fue elegido en el año 2001 y durante los dos años que estuvo al frente del ejecutivo se ganó muchos enemigos: entregó al que para muchos serbios era un héroe, Slobodan Milosevic, al Tribunal de La Haya de crímenes de guerra. Y se enfrentó, en su intento de civilizar o europeizar Serbia al mismísimo presidente Kostunica y a todos los ultranacionalistas. Además, comenzó una campaña contra el crimen organizado que campaba a sus anchas por el país y que se alimentaba –y también hacía ricos– de los antiguos combatientes de las guerras balcánicas…
El 12 de marzo de 2003, un francotirador acertó al primer ministro serbio en la espalda y en el abdomen, acabando con su vida. El crimen había sido organizado y ejecutado por ex paramilitares serbios, la mayoría de ellos relacionados con Los Tigres de Arkan, un grupo que sembró el terror, especialmente en la guerra de Bosnia, encargándose de la limpieza étnica en las aldeas bosnias. Dos personas fueron detenidas tras el magnicidio: Milorad Ulemek, alias Lejiga, y Zvezdan Jovanovic. Pertenecían al clan Zemun…
Tras la caída de Slodoban Milosevic, los paramilitares serbios se reciclaron y la mayoría de ellos pasaron a engrosar las filas de los clanes mafiosos. El clan Zemun, que toma su nombre de un barrio de Belgrado, es uno de los más poderosos: se dedica al tráfico de drogas, trata de blancas, atracos a joyerías…
Y a ese clan pertenecían esos primeros detenidos por el crimen del primer ministro serbio que, evidentemente, no eran todos los implicados. Las autoridades serbias supieron pronto que Luka Bojovic había sido uno de los organizadores del crimen y ordenaron su busca y captura. Bojovic fue detenido en 2005, en Belgrado, cuando acudió a una cita con Bárbara, su esposa. Se fugó poco después y desde 2006 no se sabía nada de él. Estaba considerado el hombre más buscado de Serbia.
Los policías serbios tienen muy buena relación con sus colegas españoles. Trabajan juntos desde hace años en el proyecto Pink Panther, una gran operación a nivel mundial destinada a terminar con las bandas de atracadores de joyerías serbios que actúan en todo el mundo, desde Dubai a Japón pasando, por ejemplo, por Barcelona, donde han asaltado un par de establecimientos. Así que en 2010, cuando la policía serbia supo que Bárbara, la mujer de Bojovic, vivía en España, no dudó en recurrir a sus colegas del grupo de atracos de la UDEV Central, a los que conocían de esas investigaciones contra los Panteras Rosas.
¿Con qué datos comenzó a trabajar la policía española?
Solamente con el nombre de la esposa de Luka, Barbara Bojovic, y el de sus tres hijos, de entre nueve y tres años. Pero tenían una certeza: Luka acudiría, tarde o temprano, donde estuviese su mujer, a la que adoraba. De hecho, su detención anterior fue posible cuando él acudió al encuentro de su mujer en Belgrado.
Encontrar a la mujer fue muy fácil. A través del padrón descubrieron que Bárbara vivía con su nombre y el apellido de su marido –Bojovic– en un piso de la cala de Finestrat, cerca de Benidorm. Sus tres hijos iban a un colegio concertado y acudían a clases de tenis y natación. Ella, una mujer bastante atractiva pasaba el tiempo dedicada a sus niños y a cultivar su cuerpo: tenía entrenador personal en un gimnasio y frecuentaba los centros de estética y las tiendas de ropa de marca…
No trabajaba fuera. Vivía, como te decíamos antes, dedicada a su familia y, eso sí, se había convertido en una experta en evitar ser vigilada o seguida: apenas hablaba por teléfono, no tenía coche propio, usaba muchos taxis y transportes públicos… De hecho, la policía la perdió muchas veces…
La policía calcula que en los últimos dieciocho meses, han estado muy cerca de Bárbara en torno al ochenta por ciento del tiempo. Aún así, de vez en cuando la perdían dos o tres días… Porque hay una norma no escrita que dice que es mejor perder a un objetivo que ser mordido, es decir, que te detecte la vigilancia. Pero la gente del grupo de atracos también vigilaba a una persona muy cercana a Bárbara, un serbio llamado Vladimir Mijanovic.
Un hombre sin causas pendientes ni en Serbia ni es España, un tipo que vivía con su identidad, tranquila y legalmente en nuestro país, permanentemente al servicio de Bárbara, para la que hacía labores de chófer, escolta… Cualquier cosa. La policía sospechó que era en realidad un hombre de confianza de Luka Bojovic, el que él había designado para cuidar de su esposa y, posiblemente, su enlace.
Le vigilaron y comprobaron que mantenía constantes medidas de seguridad, incluso más extremas que las de Bárbara: daba vueltas a la misma manzana antes de entrar en un sitio, no avanzaba ni 50 metros sin comprobar que no le seguían… También se les perdió unas cuantas veces, aunque la policía tenía bien cubiertos todos los frentes: sabían de inmediato, por ejemplo, si uno de los dos –Bárbara o Vladimir– cogía un avión…
Es decir, que les saltaba una alarma si ellos, con sus identidades, sacaban un billete o una tarjeta de embarque para volar a cualquier parte del mundo y así, escuchen, “ponerle un rabo”.
Y así supieron que Vladimir volaría desde Las Palmas, un centro neurálgico muy importante de la colonia serbia en España, hacia Madrid. Al llegar al aeropuerto, le pusieron un rabo, es decir, la policía comenzó a seguirle de manera permanente. Comió en el popular Hard Rock Café, en la plaza de Colón y se fue hasta la estación de Atocha, donde se subió a un AVE con destino a Valencia.
Era imprescindible seguirle. La policía se dio cuenta de que estaba tomando muchas precauciones: paraba constantemente, miraba atrás, llamaba desde cabinas telefónicas. Lo que hicieron los policías españoles fue avisar para que otros agentes le esperasen en el destino y no le perdiesen, hasta que la gente del grupo de Atracos de la UDEV llegase a Valencia. Allí, Vladimir se fue directamente a un domicilio de la calle San Vicente Mártir.
Ya no se separaron de él. Comprobaron como dejaba el piso acompañado de un tipo con melena al que no habían visto hasta entonces. Los dos se marcharon a otra casa, esta vez en la calle Nino Bravo. Y allí, nuestros policías montaron una troncha, una espera, que no dio sus frutos hasta la mañana siguiente…
Vigilaron toda la noche la casa y… Vladimir y el desconocido salieron y minutos después, bajaron otros dos individuos, con aspecto de serbios. Uno de ellos, con gafas de sol y barba. Los cuatro se juntaron y se separaron varias veces, se subieron a distintos taxis para despistar, pero uno de los policías se dio cuenta de un detalle: el tipo de las gafas de sol y la barba tenía una de las orejas bastante más separada de la cara que la otra… Exactamente como Luka Bojovic aparecía en las fotografías enviadas por la policía serbia.
Es decir, cuatro tipos dando vueltas por Valencia, vigilados permanentemente por la policía, que no podía ser detectada…
Los cuatro tipos acabaron en un restaurante del centro de Valencia, junto a la Alameda, llamado La Bodega de la Paz, especializado en cocina mediterránea. La policía les dejó comer y a los postres, ocho agentes se acercaron a la mesa y les pidieron la documentación. Luka Bojovic dio una orden en serbio al resto. Todos mostraron sus documentos y uno de los acompañantes del jefe hizo un gesto que a la policía le sirvió para llevarse a todos detenidos por resistencia, a la espera de que se confirmase de lo que estaban seguros: habían dado con Bojovic… Eso sí, antes de dejar el restaurante, Luka dejó en la mesa 400 euros para pagar la cuenta.
La policía tomó las huellas de todos y las envió a Interpol para su cotejo. El pasaporte que presentó Bojovic decia que él era un lituano llamado Tomas Dragis, pero en pocas horas, Interpol puso nombre a todos los detenidos.
Eran: Vladimir Mijanovic, el hombre de confianza de Bárbara, que sí llevaba su pasaporte; Luka Bojovic, el pez gordo; Sinisa Petric, alias Baku, un criminal condenado en Serbia por el asesinato de una familia entera, incluido un niño; y Vladimir Milisavljevic, condenado a 40 años de prisión por ser uno de los autores materiales del asesinato del primer ministro Djinjic.
Son criminales muy inteligentes. Ellos solo van armados cuando es preciso. Si en un control rutinario les pillan con un arma, se meten en complicaciones y ellos en España vivían sin ningún problema. Aunque, naturalmente, tenían muchas armas: en el piso de la calle Nino Bravo había tres subfusiles de asalto, nueve pistolas, un llavero pistola, una escopeta, silenciadores, cargadores… Todo ese arsenal estaba metido en dos mochilas listas para salir corriendo con ellas cuando hiciese falta. Y también tenían casi 600.000 euros en metálico para costear cualquier gasto…
La policía está analizando las armas a ver si han sido empleadas en algún delito y ha enviado toda la documentación y los ordenadores hallados en los pisos a traducir para intentar saber algo de la vida de Luka Bojovic y los suyos en España. Sí tienen claro que Luka es un gran jefe, que él no se mancha las manos de sangre, pero que, con total seguridad, vivía de los delitos que cometían sus hombres.
Fundamentalmente, atracos y tráfico de drogas, seguramente cometidos fuera de España. Estamos hablando de una poderosísima organización criminal, con ramificaciones en toda Europa: Luka podía estar recibiendo los beneficios, por ejemplo, de atracos cometidos en Escandinavia o de la droga que meten en Grecia los clanes serbios.
La globalización, que también ha llegado al mundo del crimen, como habéis dicho aquí otras veces… Porque estamos hablando de verdaderos criminales, curtidos en las guerras de los Balcanes…
Y tan curtidos. Desde que fueron detenidos se negaron a comer y a beber. No porque tuviesen miedo de que les diesen el suero de la verdad, como alguien dijo, sino porque, seguramente, trataban de forzar su traslado a un hospital, donde saben que se podían fugar con mayor facilidad.
Todos los traslados de esta gente los han hecho los Geos, el cuerpo de élite de la policía. Nadie se atrevía a descartar que sus cómplices intentasen una operación casi suicida para liberarlos y había que adoptar todas las precauciones del mundo. Aunque, según nos contaban los policías que los han tenido más cerca, eran tipos de lo más educado con un solo tema tabú: se negaban a hablar de las guerras de los Balcanes.
La postura oficial es la de la embajadora que dijo a la policía española que habían entrado en la historia de Serbia: una inmensa alegría, un capítulo cerrado de la negra historia del país. Pero en los círculos ultranacionalistas serbios, esos que justificaron a Milosevic, las limpiezas étnicas y que aún recuerdan a Javier Solana como el secretario general de la OTAN que ordenó bombardear Belgrado, se trata de otro agravio más de España: Bojovic y sus tigres eran gente admirada.
¿Qué fue de Bárbara, la despampanante mujer de Bojovic?
Sigue libre en Alicante, con su vida, al cargo de sus hijos. La policía encontró en la casa de Luka muchas cartas llenas de corazones que presumen que Bárbara enviaba a su amado. ¡Ah! Y los agentes no vieron a Bárbara reunirse nunca con Luka, pero tampoco la vieron con ningún otro hombre… Bárbara ha guardado ausencia.
La duda que queda es: ¿por qué llamaron a este magnífico trabajo operación zoológico’?
Lo de los nombres de las operaciones lo decide algún policía inspirado y es bastante peculiar: en esta ocasión fue porque el padre de Luka Bojovic, el principal detenido, fue durante muchos años director del zoo de Belgrado.

Detenidos por robar objetos de valor en más de 30 vehículos de la capital

Agentes de la Policía Nacional han detenido a dos personas que supuestamente robaron en más de 30 vehículos aparcados en diversos centros comerciales de la región y que posteriormente enviaban los objetos sustraídos a Rusia, país de origen de la compañera sentimental de uno de los arrestados.
Según ha informado la Jefatura Superior de Policía de Madrid, los detenidos, que actuaban siempre en los aparcamientos de centros comerciales, fracturaban la ventanilla para sustraer los objetos que se encontraran en el interior.
En el registro de la vivienda, los agentes han encontrado artículos de todo tipo provenientes de los robos. Desde joyas u ordenadores portátiles hasta tacos de billar, un muestrario de odontología e incluso un aparato de acupuntura, que han sido devueltos a sus propietarios.
Los investigadores han constatado que los efectos robados eran enviados a Rusia, ya que se trata del país de origen de la compañera sentimental de uno de los detenidos.
Su nerviosismo les delató
La detención se realizó la madrugada del pasado día 2 de marzo, cuando un radiopatrulla de seguridad ciudadana sospechó de un coche que circulaba por la madrileña localidad de Torrejón de Ardoz. Los dos ocupantes que iban a bordo del turismo adoptaron una actitud nerviosa ante la presencia policial e incluso el copiloto saltó a la parte trasera y se ocultó para intentar no ser visto.
En ese momento los agentes procedieron a dar el alto al vehículo y a su posterior registro, localizando en su interior varios navegadores GPS, gafas de sol, herramientas y un ordenador personal. Tras varias gestiones, pudieron comprobar que algunos efectos figuraban como denunciados, por lo que los dos individuos fueron detenidos

Un 'phishing' intenta apropiarse de cuentas populares en Twitter

La Policia Nacional advierte de que en las últimas horas se han detectado ataques a varias de las cuentas con más seguidores en Twitter a través de mensajes falsos con la intención de secuestrar las cuentas y utilizarlas posteriormente para usos comerciales o fraudulentos.


El ataque es, de hecho, un intento de phishing, en el que un usuario envía un mensaje con una frase para llamar la atención ("Es cierto esto que andan diciendo de vos?" o similar) y un enlace acortado que remite a la página fraudulenta, que es casi idéntica a la principal de Twitter. Desde allí le reclama que vuelva a introducir las claves de acceso a la red social para captar las contraseñas y utilizarlas posteriormente.

La página falsa, según la policía, estaba en Holanda y ha quedado ya inhabilitada.

La Policía Nacional, que ya ha alertado a Twitter en San Francisco, explica que ha contado con la colaboración de alguno de los afectados y recuerda que no se abran archivos de páginas no comprobadas o que no se rellenen formularios que pidan datos.